"CLARÍN") El Rojo cayó 4-3 en un partidazo y resignó toda chance de alcanzar el primer puesto del grupo.

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"CLARÍN") El Rojo cayó 4-3 en un partidazo y resignó toda chance de alcanzar el primer puesto del grupo.

Zona Campeonato A - Fecha 4
Independiente vs. Arsenal, por la Copa Diego Maradona.
Independiente y Arsenal se dividen la pelota en Avellaneda. Foto: Maxi Failla
Nahuel LanzillottaNahuel Lanzillotta
Clarín.com
No hubo tiempo ni para respirar. Independiente y Arsenal se mataron a goles en el Libertadores de América en un partido que tuvo todos los condimentos de un verdadero espectáculo. El electrizante 4-3 final a favor de la visita lo dejó a los dirigidos por Lucas Pusineri, que estallaron contra Pitana por un claro penal no sancionado sobre Alan Velasco, sin posibilidad de aspirar a la final.
Justo tenía que ser él. Justo Lucas Albertengo tenía que ser el autor del gol de Arsenal para hacer valer la ley del ex y convertir ese tanto sin grito. Justo Albertengo apareció para aprovechar un grosero error defensivo de Independiente y empujar la pelota en la primera llegada seria del visitante en la tarde calurosa.
Se avivó Jesús Soraire: parado en el círculo central, levantó la cabeza y lanzó un envío aéreo frontal. La defensa local quiso salir pero Alejo Antilef quedó habilitado. Alexander Barboza intentó un rechazo fallido, Antilef la puso hacia el medio y Albertengo definió de frente ante Sebastián Sosa.
No era justo en ese momento. Más allá del oportunismo ante la falencia del rival de mitad de cancha hacia atrás, Arsenal no se había arrimado con pisada firme al arco de enfrente. Y, en cambio, la postura del local había sido desde los segundos iniciales la de buscar la victoria necesaria para mantener las ilusiones intactas. Eso sí, con más voluntad que fútbol.
Había tenido, de hecho, dos ocasiones para poder ponerse en ventaja cuando todo aún estaba en cero. Del medio hacia la derecha, con la participación de Andrés Roa, Jonathan Menéndez y la subida de Fabricio Bustos, se armaba una sociedad que podía darle buenos dividendos al Diablo. Un remate desde afuera de Roa fue otra vía de fuego que se probó. Pero no se juntaron lo suficiente.
El gol de Arsenal pudo haber quebrado el ánimo del Diablo, pero pasó lo contrario: Independiente reaccionó y volvió a la carga. Y fue Lucas Romero quien vio el hueco y se animó a soltar el derechazo desde 25 metros y burlar a Alejandro Rivero, de floja resistencia. La pelota le picó justo adelante y el arquero no pudo contener el disparo que se convirtió en el primer gol desde afuera del área de la Copa Diego Maradona.
Con la certeza de que el punto de nada le servía, el local aprovechó el envión y decidió sostener el pie en el acelerador. Sin mucha forma en su juego, pero con el empuje de Alan Velasco, se siguió acercando. El pibe la robó por la izquierda, apiló a tres adversarios y se la dejó servida a Silvio Romero, que la tiró afuera.
Se apagó Roa y Lucas González nunca encontró su lugar en el equipo. No estuvo firme en la marca y tampoco aportó arriba. Pusineri, entonces, metió mano: los sacó a los dos y puso a Alan Soñora y Domingo Blanco. Pero los cambios no le ofrecieron soluciones al equipo y nada cambió.
No hubo conexiones y todo quedó a merced de alguna genialidad del chico Velasco, que solo no pudo a pesar de sus intentos. En cambio,, del otro lado Arsenal esperó y donde puso el ojo, puso la bala: centro de Leonel Picco y golazo de cabeza del uruguayo Jhonatan Candia, que saltó muy cómodo y libre entre Alan Franco y Bustos.
Cuando peor la estaba pasando. Cuando la brújula se le había caído en las arenas de un desierto sofocante, Menéndez encontró un oasis con un bombazo desde lejos para empatar de nuevo.
El Rojo se envalentonó. Rivero salvó un tiro de Federico Martínez, que había entrado por el lateral Thomas Ortega. Velasco seguía haciendo de las suyas y en una de esas Fabio Pereyra lo bajó en el área: penal no sancionado por Néstor Pitana.
Para colmo en la jugada siguiente, la visita marcó el 3-2 con el tanto de Ramiro Luna que apareció solo por el sector donde ya no estaba Ortega en la defensa de un Independiente jugado, que enfureció con el árbitro. Encima, Franco vio la roja por protestar.
Así, con uno menos Velasco demostró que fue el mejor de la tarde y le dio la igualdad por tercera vez a un Independiente que no se rindió jamás y que casi se lleva el premio mayor al final (ya había sido expulsado Candia por doble amarilla) cuando Nicolás Messiniti reventó el travesaño.
Y en el todo o nada, los de Avellaneda se quedaron sin nada cuando Luna sentenció el 4-3 de un partidazo que tuvo de todo.

"CLARÍN"

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