"Me gustó muchísimo y me emocionó el triunfo de Independiente sobre todo por Falcioni, que enderezó un barco que venía a la deriva. Porque en los últimos clásicos el Rojo no ligaba, pero nosotros también les ganamos con un equipo de suplentes, el arquero lesionado...", dijo Carlos Goyén sobre el Clásico de Avellaneda.
"Las cosas están en su lugar, Independiente siempre tuvo una supremacía sobre racing. Disfruté muchísimo el partido de ayer, los 23 clásicos de diferencia, porque ironías del destino, el gol de Silvio Romero fue en el minuto 23... ¿le habrá jugado a la quiniela?", ironizó en declaraciones a "El Gran Campeón", en su edición especial del lunes junto a La Caldera del Diablo, por Radio Gama AM 1490.
"Yo fui causante de traer a Sosa a Independiente, hablé personalmente con él y con Burruchaga. Sosa quería jugar acá, cedió muchísimo dinero para venir. Es un arquero ganador, empuja y va siempre para adelante. Sosa quería llegar para que lo vieran más de cerca de la Selección uruguaya, mi relación de tantos años con Burruchaga ayudó, y Maldonado destrabó la cuestión económica. Imaginemos a Sosa con todo lo que está haciendo con la cancha llena de gente. Ya se hubiera transformado en ídolo total", comentó sobre el golero Rojo.
Goyén habló sobre el legado charrúa en el arco Rojo: "La escuela que dejaron los uruguayos fue fantástica y por eso Independiente es el equipo por excelencia para el futbolero uruguayo. Ahora me han hablado muy bien de Renzo Bacchia, tambien de Diego Segovia. Otro uruguayo fue Berdardico, un arquero que le faltaba un dedo y se rellenaba, después Fossati, Pereira, Campaña... hemos dejado bien arriba el espíritu de Mazurkiewicz".
Consultado por otros clásicos vividos, el golero admitió: "Eran otros tiempos cuando yo jugaba en Independiente, porque nosotros salimos campeones de América y del mundo y racing estaba en la B. En el 83 salimos campeones y racing tuvo la desgracia de descender la misma tarde".
El recuerdo de Tokio
"Ahora miraba los Juegos Olímpicos y les decía a mis hijos cuando mostraban el Estadio Olímpico de Tokio: 'pensar que ahí atajé yo y fuimos campeones del Mundo con Independiente'", dijo Goyén recordando al equipo que derrotó al Liverpool en la final Intercontinental jugada el 9 de diciembre de 1984 en la capital japonesa.Luego, contó la particular foto en la cual descuelga un centro con una sola mano: "Antes de venir a Independiente era arquero de River de Montevideo y simultáneamente jugaba al básquet en la primera de Uruguay. Ahí aprendí a descolgar las pelotas con una sola mano. No era una cargada ni una sobrada".
"La jugada en Tokio fue un centro de la derecha y me acuerdo perfectamente que salí muy lejos, llegué jugado y la bajé con los dedos de una mano. Después miré al banco y Pastoriza estaba amarillo, era un japonés más del susto que se había pegado. Ese partido era muy especial y yo sabía que le garantizaba a Independiente mantener el arco en cero", finalizó Goyén.