El equipo de Claudio González recibía a Patronato tras una victoria y un empate en las dos primeras jornadas. Desde inicio lo pibes buscaron ser protagonistas del encuentro y lo fueron a buscar con presión alta y a través de la posesión de la pelota generaron infinitas chances claras de gol.
Con el correr de los minutos, el arquero del Patrón se hizo figura y era difícil contabilizar llegadas al área de Renzo Bacchia por parte de la visita. Sin embargo, la puntería del Rojo no era la mejor y llegábamos al descanso sin goles.
Cuando restaban segundos para el entretiempo, la árbitra Salomé Diorio expulsó a Juan Guasone por exceso verbal y el panorama de cara al complemento era inmemjorable: buen juego, tenencia del balón y un jugador más. Pero no fue tan sencillo.
Ni bien comenzada la segunda etapa, la visita se ponía sorpresivamente en ventaja a los 6 minutos con un rebote sobre la línea capturado por Román Comas. A pesar de ello, el Rey de Copas siguió atacando hasta el pitido final, y aunque en esta mitad los visitantes pudieron ampliar el resultado, también es cierto que los chicos merecieron, cuanto menos, el empate.
Los nervios, la imprecisión y también los errores arbitrales -anularon un gol a los 86 minutos por una falta inexistente- le impidieron al conjunto de González mantener el invicto. Aún así, la imagen fue buena y de esta manera se ganará más de lo que se va a perder.
El próximo rival espera el fin de semana y será Platense, cita donde los pibes tendrán la posibilidad de levantar cabeza y seguir adelante ¡Dale, Independiente!
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